Los textos y las fotografías son creaciones surgidas por casualidad de mi cabeza :)

martes, 27 de octubre de 2009

Pequeña habitación. Un pequeño rincón de lectura en una de sus esquinas, una pequeña mesa de café rodeada por dos butacas justo en el centro, una pequeña chimenea con un fuego vivaz que caldea el ambiente. Él y yo. Solos, el uno frente al otro, sin dirigirnos una sola palabra. Miedo. Esa preciosa canción sonando, ¿cómo se llamaba?, ¡Ah, si!, The Scientist de Coldplay, no podría haber mejor canción.
Se me escapa un leve suspiro, pero no tan leve como esperaba que fuera, él me ha oído. Por fin se decide y alza su mirada. Sus ojos se clavan en los míos. No puedo apartarlos, me atraen tanto sus ojos que pasaría horas mirándolos. Al final es él quien aparta la mirada, entonces yo vuelvo a agachar la cabeza. Los segundos pasan como minutos, los minutos como horas, y las horas, como días.
De repente noto algo. Es él. Se ha acercado más a mí, hasta se ha atrevido a cogerme de la mano. Me giro. Creo que en aquel momento mi cara lo dice todo. Avergonzado aparta su mano y yo lo impido. Su mirada caída, sus ojos húmedos, llenos de lágrimas prisioneras de ellos desean salir, pero él se lo impide.
Allí decido perdonarlo, puede que no por mucho tiempo, como otras tantas veces, pero lo hago.
Empieza una nueva página en nuestra historia interminable.

sábado, 24 de octubre de 2009

Te quiero

Del frio paso al calor. Del calor a lo ardiente.
Nadie sabe cómo pudo suceder, la verdad esque ni nosotros lo esperábamos.
Creo que todo empezó en aquel pub, ahora mismo no recuerdo muy bien el nombre. Él se acercó y yo lo iba espandando, como a las moscas, así, tal cual. Mientras él me seguía hablando, yo iba pidiendo una copa tras otra, creo que esperaba que así se callará de una vez, pero nada, él seguía a la suya. Él también iba bebiendo, no sé muy bien por qué.
La verdad esque era un chico de lo más atractivo, cualquiera me envidiaría ahora mismo, pero yo no me podía sacar de la cabeza a Marco, si, ese cabrón que me había destrozado la vida, lo malo es que aún le quería, hasta aquella noche.
Decidí olvidar a Marco, y ya que tenia un buen chico delante de mi y, lo mejor de todo, que se interesaba por mi, empecé a aprovechar la noche.
Recuerdo que pusieron una de mis canciones favoritas, iba hablando con él y se lo comenté. Resultó que a él también le encantaba esa canción, así que nos pusimos a bailarla y a cantarla como locos, en mi vida había reido tanto con alguien.
Le propuse ir a dar una vuelta, el ambiente de allí adentro me empezaba a marear, además, así podriamos hablar mejor. Él afirmó con su cabeza.
Estabamos llegando al puerto, cuando me dijo: "Yo siempre te he querido. Tú y yo nos conocimos hace mucho, probablemente en mis sueños, pero sabía que algún día te conocería de verdad y que ese sueño se haría realidad. He esperado millones de días y noches, hasta hoy. Hoy porfín te he encontrado, y no pienso dejarte marchar. Me da igual si tienes a alguien que ocupe tu corazón, yo te querré igualmente."
Esa noche fué la mejor noche de mi vida. No dormí en casa, donde todo me recordaba a Marco y lo hicimos tantas veces que me volví a sentir mujer. Esa noche no me cansé de escuchar ni un solo segundo esas dos palabras que saben a miel, "te quiero" me repetía una y otra vez, y cada vez me sabía a mejor.

viernes, 23 de octubre de 2009

Fragilidad


Silencio, angustia, soledad, pensamientos volando de lado a lado. Tú, sólo tú, nadie más.
Te ves allí, tendida sobre el césped de tu jardín, sola, sin nadie que te moleste. De vez en cuando pequeñas ráfagas de aire sacuden contra tu cara y hacen que por un segundo regreses al mundo real, pero es inútil, en cuestión de segundos ya vuelves a estar en tu pequeño mundo, pensando vete a saber que o en quien.
De repente notas pequeñas gotas de agua que mojan tu cara, no te explicas ni cómo ni por qué, pero ese fantástico día ha termino como tu estado de ánimo, por los suelos.
Por un instante piensas que puede haber un tipo de conexión entre tu y el mundo, pero ese pensamiento desaparece inmediatamente.
Una sensación de frio empieza a recorrer tu cuerpo. Definitivamente, no hay ningún tipo de conexión entre tu y el mundo, en aquel momento preferirías sentir en tu piel el cálido sol.
Decides que siendo pesimista no llegarás a ningún lado, que si quieres que entre tu y el mundo exista una pequeña conexión, hay que empezarle a sonreir. Porque una vez que estás abajo, lo único que puedes hacer es ir subiendo e ir a mejor.

jueves, 22 de octubre de 2009

Carcajadas de felicidad.

















-¡Mierda!- Gritó Dee. -¡Mamá! ¿Puedes prepararme el desayuno por favor?

Un nuevo día empezaba para Dee, no con muy buen pie que se diga, pero no le importaba. Después de tener varios problemas con la vida, Dee había decidido vivir cada día como si fuera el último.

-Grácias mamá, eres perfecta- le dijo con una gran sonrisa en su cara.

Se encaminó camino del instituto. Dee siempre iba tarareando alguna canción, no había día que no cantara algo. Ese día le toco a Wonderwall de Oasis, y se fué hacia clase con paso firme y cantando su canción, más feliz que nadie y con una de sus perfectas sornisas.

El día no hacia más que empezar.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Contradicciones.

No suelo hacer lo que la gente espera que haga. Estoy llena de contradicciones, aunque para todos los demás soy una caja de sorpresas, o eso me suelen decir. Si lo piensas friamente, prefiero ser una constante contradicción e ir sorprendiendo a la gente con mis arrebatos de locura.
La verdad, esque no soy yo la que esta llena de contradicciones, es la vida misma. Todo lo rico, engorda; lo bonito, es caro; lo divertido, arriesgado... Y podría seguir así y hacer una lista interminable.
Hoy he decidido que me da igual ser una constante contradicción, si así soy feliz y me lo paso genial, ¿para qué voy a cambiar? Me gusta ser así, hacer sin más lo que se me pasa por la cabeza, no seguir una norma establecida sobre mi, porque, no existe esa norma. Mi única norma es divertirme, arriesgarme, engordar, adelgazar, reir, llorar, gritar, saltar, correr, dormir, susurrar... cuando, donde y como yo quiera.
Me gusta ser una contradicción y no seguir un patrón de vida.